Cuando la capital se traslado a Mahón, la nobleza y la iglesia permanecieron en Menorca. Esto hizo que no se viera influenciada por las arquitecturas británicas y francesas ni por las ideas que los dirigentes coloniales trajeron, lo que la hace ser una ciudad puramente menorquina.
En su casco antiguo podemos visitar vario palacios del siglo XVI y XVII que aún se conservan y pasear por sus apretadas calles donde se suceden numerosos edificios de origen musulmán y medieval. Gran cantidad de casas palacio y las nobles tradiciones acentúan aun mas el carácter y alto rango de Ciudadela.
La Plaza de España es el centro neurálgico y el corazón de la ciudad, desde ella, se domina todo el puerto. Aquí encontramos el Ayuntamiento, el palacio de los Condes de Torre Saura y en el centro de la plaza un monumento en honor a aquellas personas que durante la invasión turca dieron su vida por Ciudadela.
Toda la ciudad ha sido declarada monumento histórico-artístico nacional.