Consejos para hacer el Camino de Santiago en bici

La popularidad del Camino de Santiago en bicicleta continúa creciendo cada año. Recorrer las diversas Rutas Jacobeas sobre dos ruedas ofrece una experiencia única y varias ventajas, en comparación con hacerlo a pie. Un ritmo más alto o menos cansancio físico son prioridades que llevan a cada vez más personas a hacer el Camino en bici. En cualquier caso, surgen varias interrogantes al planificar esta travesía en un medio de transporte de estas características que vamos a tratar de explicar en este post. 

¿Qué tipo de bicicleta es la mejor?

La elección de la bicicleta debe adaptarse a la ruta seleccionada. Aunque la mayoría de tramos permiten rodar por carreteras cercanas, optar por una bicicleta de carretera es viable. Sin embargo, si se prefiere seguir el trazado original, es recomendable una bicicleta de montaña con una suspensión adecuada. Para aquellos más experimentados, existen bicicletas híbridas adaptadas para el Camino, que brindan versatilidad tanto en carretera como en terrenos accidentados. En este punto es muy importante conocerse a uno mismo y la propia adaptación a cada estilo. Es decir, un usuario que solo esté habituado a coger bicis para realizar salidas por carretera se encontrará más cómodo si mantiene esta idea durante su trayecto hacia la capital gallega. 

Camino de Santiago - Foto: Dreamstime.com

Ruta, tiempo y equipaje

El Camino Francés es la opción más popular para los ciclistas. Aunque presenta importantes subidas, está bien señalizado y ofrece abundantes servicios, ideal para quienes se aventuran por primera vez. Optar por comenzar desde León o Ponferrada hacia Santiago es una buena alternativa para los ciclistas. El número de etapas que se necesitan para completar el recorrido sobre las dos ruedas depende, evidentemente, de la condición física del peregrino, si bien hay está la idea bastante aceptada de que con diez u once días es suficiente, si se parte desde el área leonesa. Hay que tener en cuenta que un ciclista de nivel medio circula a unos 10 kilómetros por hora, de manera que puede hacer hasta 80 kilómetros en una etapa normal. 

Por otro lado, hay que llevar lo esencial al viaje. No podemos olvidar que la tonalidad del equipaje es cargado por el ciclista, así que los artículos que no sean absolutamente necesarios deben quedarse en casa. En este grupo de imprescindibles están el casco, ropa y calzado y algunas herramientas como alforjas, luces y reflectores, tanto para el ciclista como para la bicicleta.

La mejor época y dónde alojarse

La mayoría de los ciclistas prefieren realizar el Camino entre mayo y septiembre para evitar las lluvias frecuentes en otros períodos del año. Si el agua es un inconveniente cuando se realiza a pie, con la bicicleta el problema se agrava. Por ello, quienes han vivido esta experiencia recomiendan evitar las semanas más lluviosas. 

Respecto al alojamiento, el alojamiento en albergues es una parte enriquecedora del Camino, aunque se debe tener en cuenta que los peregrinos a pie tienen prioridad. En temporada alta, es recomendable llamar con antelación para asegurar disponibilidad, especialmente aquellos que viajan en grupo, ya sea porque está formado previamente o porque se ha ido creando con el paso de las etapas.