Siempre se ha hablado de las 7 Islas Canarias: Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote, El Hierro, Fuerteventura, La Palma y La Gomera. Pero hay una más, que está habitada y que debido a su tamaño y cercanía a Lanzarote, no se suele contar: es La Graciosa. Situada en el noreste de las Islas Canarias y más concretamente al norte de Lanzarote, esta pequeñísima isla de solo 29 km² es un paraíso de sol, agua y arena.
Este verano he visitado esta isla y quiero hablarles un poco de ella porque quedé enamorada. Solo hay dos pueblos (la capital Caleta de Sebo y Casas de Pedro Barba),no hay calles asfaltadas y los únicos medios de transporte dentro de la isla son la bicicleta (puedes alquilarlas ahí) los safari taxis (todos Land Rover, tipo los de excursiones de safari, que te llevan a cualquier punto de la isla) o si tienes más tiempo puedes moverte a pie.
La isla forma parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, junto con los Riscos de Famara, al noroeste de Lanzarote, otras dos islas deshabitadas (Alegranza y Montaña Clara), los islotes de Roque del Este y Roque del Oeste.
Se puede conseguir apartamentos para alojarse en la isla, pero hay que reservar con mucha antelación ya que hay pocos y suelen agotarse. Fue nuestro caso, con lo que nos alojamos en Lanzarote y decidimos pasar todo un día en la isla.
Antes de ir a La Graciosa, ir a El Mirador de El Río es visita obligada. Las vistas de la isla desde este mirador son fantásticas. Además así tienes una idea de la distancia que hay entre Lanzarote y La Graciosa (un kilómetro y medio más o menos entre los puntos más cercanos).
La única manera de llegar es cogiendo un barco en Órzola, un pueblo al norte de Lanzarote, o alquilando un barco, un water taxi, o si tienes tu propio barco. Los billetes ida y vuelta suelen rondar los 20€, según el tipo de embarcación. Nosotros cogimos la primera opción, que suele ser la mejor y salen a todas horas.
La isla sin duda es increíble. Sin contar los dos poblados, es totalmente vírgen, no tiene construcciones de ningún tipo ni ha sido modificada por el hombre. Las Playas son únicas, la arena es blanca, muy limpia y el agua transparente.
Nosotros decidimos coger un taxi e ir a la playa más conocida, Las Conchas. Es un poco peligrosa, tiene mucho oleaje y es algo profunda pero es preciosa. La mezcla entre el agua turquesa, la arena blanca y la isla Montaña Clara es lo más bonito que he visto en mi vida. Estuvimos ahí todo el día. Recomiendo llevar protección solar (sombrillas, cortavientos, etc.) ya que no hay ni un árbol debajo del cual resguardarse.
Por la tarde decidimos volver (tu decides con el taxista a qué hora te recoge) y disfrutar un poco de la capital antes de coger el último barco de vuelta (a las 19.00). Allí dimos un paseo a la derecha del Puerto, donde hay poca profundidad y se puede hacer snorkel.
Ya al final de la tarde nos sentamos en la terraza de un restaurante a tomar un refresco mientras llegaba la hora de embarcar. Si quieres comer tienes varias opciones. El plato estrella siempre es el pescado fresco.
En definitiva, si buscas un lugar único donde descansar, huir del stress de las grandes ciudades, te gusta la pesca, los deportes náuticos, o simplemente quieres desconectar… este sitio de España es especial.
Escrito para Sitios de España por: Angélica Guimerá