Bilbao, es la capital de la provincia de Vizcaya, en la comunidad autónoma del País Vasco, y tiene aproximadamente unos 350.000 habitantes. Es una ciudad en constante expansión y que nunca deja de evolucionar. A medida que las industrias que ocupaban gran parte de los márgenes de la ría, han ido desapareciendo, la ciudad ha dejado atrás su imagen triste y gris, pasando a convertirse en una ciudad cosmopolita, con una mezcla de edificios antiguos y otros de una arquitectura más contemporánea. Por todo ello, Bilbao hoy en día, es un lugar que merece la pena visitar, prestando atención a todo aquello que le rodea, así que, ¿por qué no comenzamos?
Es por todos sabido, que los cascos antiguos o históricos de las ciudades, siempre guardan ese toque de historia que siempre mantiene la esencia de lo que un día fueron. El Casco Viejo de Bilbao, también se conoce con el nombre de Siete Calles o Zazpi Kaleak en euskera. Esta denominación viene dada por el conjunto de sus siete calles principales, que se entrecruzan entre sí, cuyos nombres son: Somera, Artecalle, Tendería, Belosticalle, Carnicería Vieja, Barrencalle y Barrencalle Barrena. A cualquier hora del día podremos encontrar a personas paseando entre sus calles, comprando en las miles de tiendas que existen, o tomando algún pintxo en alguna terraza. Lo más destacado para visitar en el Casco Viejo de Bilbao es:
-Catedral de Santiago: templo católico que alberga la Diócesis de Bilbao desde 1949. Es la catedral gótica mas monumental de Vizcaya, y su nombre viene dado por el patrón de Bilbao, el Apóstol Santiago el Mayor.
-Iglesia de San Nicolás: es un templo de estilo barroco que fue inaugurado en el año 1756. Se sitúa en la plaza del mismo nombre, frente al teatro Arriaga.
-Iglesia de los Santos Juanes: parroquia de estilo barroco, del siglo XVII. Se sitúa en el cruce de las calles Ronda y Cruz.
-Plaza Mayor: aquí se pueden degustar los mejores pintxos de toda la ciudad, así como sentarse en una de sus múltiples terrazas, siempre y cuando el tiempo del norte así lo permita.
-Mercado de la Ribera: es el mayor mercado de Bilbao, y el más conocido. Se sitúa frente a la ría del Nervión y fue remodelado en el año 2010, pasando de tener una fachada de piedra, a ser en su mayor parte acristalado, dotándolo de mayor luminosidad y modernidad. Está distribuido en 3 plantas: en la 1º se sitúa la pescadería, en la 2º la sección de carnicería y en la 3º frutas y verduras.
Dejando a un lado el Casco Viejo, llegamos a un espacio totalmente abierto, llamado el Arenal. Su nombre proviene del lugar donde antiguamente la ría depositaba sus arenas, formando una antigua playa. En ella podemos encontrarnos con uno de los edificios más conocidos y que da paso a la Gran Vía de Bilbao, como es el Teatro Arriaga. Es un edificio neobarroco de finales del siglo XIX, obra del arquitecto Joaquín de Rucoba. En el, los amantes de la ópera podrán disfrutar de espectáculos de danza, musicales, zarzuela y estupendas representaciones teatrales.
GRAN VÍA
Avanzando por el arenal, nos encontramos con la parte más moderna y vibrante de la ciudad: la Gran Vía bilbaína. Posee el nombre del fundador de la ciudad, Don Diego Lopez de Haro. Es el lugar de negocios, y compras más importante de la capital. En el comienzo de la Gran Vía, justo en la plaza Circular, se encuentra la estación de Abando Indalecio Prieto, que es la principal estación de ferrocarril de Bilbao. Lo más destacable de este edificio, es su impresionante vidriera policromada en la zona de los andenes y que representa escenas típicas de la sociedad vizcaína.
Si seguimos por la Gran Vía, llegamos a la Plaza Moyua. En ella podemos encontrar el Hotel Carlton, hasta la construcción del lujoso hotel Sheraton, único hotel de 5 estrellas de la ciudad. Fue inaugurado en 1926 y es uno de los hoteles más significativos de la ciudad. Así mismo fue declarado Monumento Arquitectónico Artístico Histórico y Cultural.
Siguiendo con nuestro recorrido por la Gran Vía, en uno de sus laterales, se encuentra, lo que podríamos llamar, el pulmón de la villa bilbaína, el parque de Doña Casilda, también conocido como parque de los patos, ya que su estanque central, da cobijo a estos. También posee una pérgola, en la cual se realizan actuaciones y que rodea la fuente cibernética que ofrece espectáculos de luz agua y sonido en los meses estivales. Dentro del mismo parque, nos encontramos con un rincón dedicado a la cultura, como es el Museo de Bellas Artes de Bilbao que está considerado uno de los principales del país. Más de 10.000 obras son las que conforman su colección, distribuidas en cinco secciones: Arte Antiguo, Arte moderno y contemporáneo, Arte Vasco, Obra sobre papel y Artes Aplicadas.
Dejando atrás el parque de los patos y el museo, siguiendo nuestro recorrido por la Gran Vía, llegamos a su fin, la Plaza del Sagrado Corazón.
GUGGENHEIM
Es el museo bilbaíno por excelencia, y es visita obligada si pasas por la ciudad. Su diseño, obra del arquitecto canadiense Frank O.Ghery, no pasa desapercibido. Fue inaugurado el 18 de octubre de 1997. Si el edificio es visto desde la ría, se asemeja a un barco, rindiendo así homenaje a la ciudad y sus paneles brillantes emulan las escamas de un pez. Desde la entrada se accede a un enorme hall, de 50 metros de altura y cuya planta tiene forma de flor. Existen diferentes ascensores y pasarelas que comunican el resto de plantas entre sí. En el exterior del museo se encuentra expuesta una obra al aire libre, una enorme araña, cuyo nombre es “Mama” y que es obra de Louise Bourgeois. Otro de los elementos característicos del museo, es Puppy, un perro gigante que emula a un terrier blanco West Higland, y realizado mediante una estructura de acero recubierta de flores, que flanquea la entrada al museo.
ALHÓNDIGA
Este edificio, situado en la plaza Arriquibar, fue antiguamente, una fábrica de vinos y actualmente es un centro de ocio y cultura. Destaca en su interior, sus 43 columnas decoradas con formas y colores llamativos, así como una piscina interior, cuyo suelo es de cristal, por lo que los visitantes puedes observar como los usuarios, nadan encima de sus cabezas. El edificio, posee además de la piscina, salas de cine, un auditorio y diversas salas de exposiciones, así como restaurantes y cafeterías.
Por último, pero no por ello menos importante, si queréis llevaros una panorámica de Bilbao, deberéis subir al monte Artxanda, desde donde se puede contemplar toda la ciudad. Para ello, la forma más original y divertida, es llegar allí mediante el uso del Funicular, un tren que asciende a lo largo de la ladera de la montaña hasta llegar al mirador.