En la cara sur de Sierra Nevada se localiza un oasis de sosiego y naturaleza: la Alpujarra de Granada. Entre bosques de nogales y castaños, sus pueblos blancos se aferran a las laderas del Mulhacen y el Veleta, techo de la península. Balcón del Mediterráneo, desde la Alpujarra Alta en los días claros se divisa la silueta de África en el horizonte.
La ruta alpujarreña más típica se inicia en Lanjarón, puerta de entrada, famosa por su balneario de aguas puras y saludables, y sus fuentes, siempre frescas, que inspiraran a poetas como García Lorca.
Órgiva, la capital administrativa, domina el valle a orillas del río Guadalfeo, rodeada de olivos y vergeles. Desde ella se inicia la ascensión a la Alta Alpujarra, con pueblos mágicos y cautivadores, como el barranco del Poqueira, con Pampaneira, Bubión y Capileira.
De camino a Trevélez, el pueblo con fama de ser el más alto de España, nos encontramos con Pitres y Capilerilla, encantadores y tranquilos, de calles encaladas y soñolientos gatitos tomando el sol.
En Pórtugos parada ineludible es la Fuente Agria, de aguas rojizas de sabor fuerte y metálico, cura infalible para la esterilidad según la leyenda. Si se visita en otoño, sorprende el despliegue de tonos ocres y dorados que tiñen los alrededores.
Así son los pueblos alpujarreños: calles estrechas y cubiertas de tinaos, decoradas con alegres y coloridos geranios, hortensias o claveles.
Rutas de senderismo entre bosques y riachuelos, andando o a caballo, hasta ascender a los prados y lagunas glaciares de Sierra Nevada.
Bares rústicos donde degustar los platos típicos como el alpujarreño, unas migas, o el delicioso jamón serrano que allí se cura.
O tiendas de artesanía y centros de retiro espirituales como el pueblo budista O Sel Ling. Todo el mundo encuentra en la Alpujarra un lugar para recuperar la paz y la armonía con el universo…
Artículo escrito por Patri Rojas - La Cosmopolilla