Córdoba es una ciudad llena de magia, de encanto, que enamora al turista en cuanto pone un pie en sus calles. Está llena de misterios, leyendas y curiosidades, tanto es así que se llevan a cabo rutas específicas para conocerlas. En este artículo se presentan algunas de ellas.
Córdoba es una de las ciudades, junto a Sevilla y Granada, más turísticas del sur de España. No en vano, tienen en su haber el poseer el área urbana Patrimonio de la Humanidad más grande a nivel global desde que la UNESCO, en 1994, eligiera al Casco Antiguo de la ciudad como merecedor de este reconocimiento. No obstante, muchos turistas se van impactados por su belleza, por su esencia, pero desconociendo algunas de las curiosidades que encierra.
La Mezquita
Este edificio destinado al culto religioso es uno de los sitios a visitar en Córdoba que ningún turista quiere perderse. Hasta que se construyó la Mezquita Azul de Estambul, la de Córdoba fue la segunda más grande del Mundo.
Una de las curiosidades que no mucha gente conoce de este espectacular monumento, es que no está orientada hacia la Meca. Para aquellos que no lo sepan, todos los lugares de oración islámicos deben estar orientados hacia este que es el lugar más sagrado para la religión musulmana, y que deben visitar al menos una vez en la vida.
El motivo por el que La Mezquita de Córdoba no tiene esta orientación no se conoce a ciencia cierta, pero existen dos teorías que tienen bastante fuerza. Por un lado, se dice que esto es así porque Abderramán I, que fue el que mandó construir este lugar de rezo en el año 786, era originario de Damasco y allí tenían la ciudad de Mahoma al sur. Por otro lado, la otra teoría apunta a que la ciudad está inclinada hacia el sur y el río Guadalquivir y no permite otra orientación.
Arcángel San Rafael por todo el centro
San Rafael es el patrón de la ciudad de Córdoba, y los cordobeses le muestran gran devoción. Por este motivo, en el centro se pueden encontrar hasta 10 estatuas del Arcángel de San Rafael, considerado el protector de la ciudad. Estas estatuas se localizan en diferentes puntos turísticos, como el Puente Romano o la Plaza del Potro.
El más antiguo de todos es el San Rafael del Puente Romano, uno de los imprescindibles que ver en Córdoba, obra de Bernabé Gómez Río que data del año 1651. Su colocación en este enclave fue para bendecir a todos los visitantes que salían y entraban por la puerta del puente.
Una de las esculturas de este santo más vistosas data del siglo XVIII y se localiza cerca de la puerta del Puente. Simboliza el inframundo, el mundo terrenal y el divino. Está compuesta por una columna que sostiene al Arcángel y se erige sobre una torre que hunde sus muros.
Otras esculturas del Arcángel se encuentran en la Plaza de la Compañía, en la glorieta Conde de Guadalhorce, en la plaza de los Aguayos y en la plaza de San Basilio.
Pasadizos secretos
Los pasadizos secretos de Córdoba tienen parte de verdad y parte de leyenda. Realmente, aunque hay mitos de su existencia, no hay evidencia que confirme que hay pasadizos que puedan ser cruzados desde la Medina Azahara hasta la Mezquita o entre la Torre de la Calahorra y la Mezquita.
No obstante, lo que sí es cierto es que que hay pasadizos secretos en Córdoba. El más conocido es el Sabat, que comunica el Alcázar Omeya con la Mezquita Aljama. Su función era de protección para el emir o califa. Aunque es una pena que no sean visitables en la actualidad, se sabe que existieron porque se ha conservado la Puerta del Sabat y hay unas marcas en el suelo que lo indican.
Los Patios
Una tradición que merece ser visitada ocurre durante el mes de mayo. Los Patios son, sin lugar a dudas, una costumbre curiosa de gran belleza que atrae a miles de personas cada año, cuando los patios particulares abren sus puertas y pueden ser visitados. Esta tradición ha sido declarada por la como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y lleva celebrándose desde el año 1918.
Los patios, para aquellos que lo desconozcan, son espacios al descubierto situados en el centro de la vivienda que se utilizan para mejorar la iluminación y la ventilación de las diferentes dependencias. Ha sido tradicionalmente el lugar de encuentro y de convivencia de la vida familiar y es una herencia de las casas islámicas.
Los patios cordobeses se distinguen por estar hermosamente decorados con multitud de flores plantadas en arriates o macetas, en muchas ocasiones cuelgan de las paredes en vertical. Muchos de estos patios también cuentan con un pozo o una fuente y los propietarios suelen embellecerlos aún más con muebles antiguos o restos arqueológicos.
Se trata de una visita obligada para aquellos turistas que puedan planear una escapada a la ciudad de Córdoba en el mes de mayo.