En pleno Parque Natural de la Serranía de Cuenca se encuentra este precioso monumento natural, un lugar de fantasía al alcance de todos.
Es un sitio de fácil acceso, su parking está prácticamente a pie de carretera y el recorrido que hemos de hacer para visitarlo es de dificultad baja, incluso hay un recorrido alternativo, que no llega hasta la parte más alta, adaptado para personas discapacitadas y carritos de niños.
El recorrido consiste en una pequeña ascensión a una montaña siguiendo el curso del río Cuervo, por el cual nos iremos encontrando con varias cascadas. Durante la ascensión también podemos disfrutar de la flora y fauna de la zona, las aves no faltaran a lo largo del recorrido y, con un poco de suerte, podremos ver algún que otro mamífero.
La mejor época para visitarlo es la primavera, cuando, gracias al deshielo, el caudal del río es mayor y sus cascadas son aun más espectaculares. Aunque, en los días más fríos del invierno, también es muy atractivo verlo totalmente nevado o incluso ver sus cascadas totalmente congeladas.
En la parte baja del paraje, junto al aparcamiento, hay una zona de recreo acondicionada con mesas, lo cual, junto a la facilidad para recorrerlo, hace de este lugar un sitio perfecto para pasar un día en familia. Además, a no muchos kilómetros, se pueden visitar otros bonitos lugares de la Serranía conquense, como, la Ciudad Encanta o los Callejones de Las Majadas.